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martes, 2 de febrero de 2010

LA ILUMINACIÓN



El dios romano, Lucifer, era el portador de Luz, el espíritu del aire, la personificación de la Iluminación y el Conocimiento. En la mitología Cristiana, se convirtió en el sinónimo del mal, que es lo único que habría de esperarse de una religión cuya existencia misma es perpetuada por definiciones confusas y valores fraudulentos! Es hora de aclarar las cosas. Deben corregirse los falsos moralismos y los errores ocultistas. Tan entretenidas como puedan ser, la mayoría de historias y obras sobre adoración del Diablo deben ser reconocidas como las ridiculeces obsoletas que son. Se ha dicho "la verdad os hará libres". La verdad por sí misma nunca ha liberado a alguien. Es la DUDA la que trae la emancipación mental. Sin el maravilloso elemento de la duda, el portal por el cual llega la verdad permanecería cerrado, imperturbable ante los golpes enérgicos de mil Luciferes. Cuan comprensible resulta que las Sagradas Escrituras se refieran al monarca Infernal como el "padre de las mentiras" -- un ejemplo magnífico de inversión de caracter. Si uno va a creer ésta acusación teológica de que el Diablo representa la falsedad, entonces debe concluirse que sea ÉL, NO DIOS, QUIEN ESTABLECIÓ TODAS LAS RELIGIONES ESPIRITUALES Y QUIEN ESCRIBIÓ TODOS LOS TEXTOS SAGRADOS! Cuando una duda es seguida por otra, la burbuja, ya repleta de tantas falacias desde hace tiempo acumuladas, amenaza con reventar. Para quienes ya dudan de las supuestas verdades, este libro es la revelación. Entonces Lucifer se habrá levantado. Ya es tiempo de dudar! La burbuja de la falsedad se está reventando y su sonido es el rugir del mundo!

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